Escrito el 13/01/2007
La situación en el sur del continente americano no presagia un futuro prometedor. No cabe duda, que a esta situación se llega por intrínseca necesidad, la sociedad venezolana con altas cuotas de insuficiencia económica, ha reelegido a Chávez como Presidente del Gobierno por su programa político bolivariano (nacionalizaciones,…), creyendo que un control nacional de sus recursos, dejando de lado la libre competencia, ayudará más y mejor en la distribución de la riqueza nacional. A este punto, que desde Europa parece que no queremos ver por los intereses de nuestras empresas, se llega cuando una mayoría de la población, que es quien gobierna en la democracia, no tiene nada que ofrecer para participar en el juego de la oferta y la demanda. Si existiese una gran capa de clase media en Venezuela, no dudaríamos de la existencia de un gobierno liberal o de un socialismo más de finales de siglo XX y no el que pretende imponer Chávez, Socialismo del siglo XXI. Por otro lado, cabe decir la fragilidad de la opinión pública española respecto a gobiernos de índole socialista, debido a la actual corriente del “bien queda”, es decir, lo políticamente correcto, el talante, que en definitiva coarta la libertad de expresión tan sangrientamente alcanzada. Hablar de gobierno elegido democráticamente, es de un nihilismo comparable a la Alianza de Civilizaciones que pretende el gobierno de Zapatero (mientras que en España el gobierno socialista pretende alejar la religión cristiana del debate político, en el ámbito internacional ingenia un acercamiento a la religión islámica, para proyectar una visión al mundo de gobierno abierto a religiones y culturas), ya que la democracia no es tan sólo el mero hecho de votar cada cierto número de años, sino que un estado democrático que goce de buena salud es aquel que se basa en los pilares tradicionales e irrenunciables, separación de poderes, derechos y libertades fundamentales (opinión pública libre, que pueda ejercer de oposición), imperio de la ley y Estado de Derecho. ¿Son estos pilares los que nos encontramos en la Venezuela de Chávez o son otros pilares más cercanos a una dictadura silenciosa que se impone día a día sin que la “fuerte y sana” opinión pública española se pronuncie al respecto?.
jueves, 1 de febrero de 2007
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